El paso del tiempo permite tomar distancia para reflexionar e investigar en detalle lo que sucedió en el pasado, cuando se trata de eventos políticos que aun nos convocan en el presente, esta distancia ofrece también una excusa perfecta para “revisar” los hechos y sus interpretaciones. Es el momento “justo” para torcer el relato sin temor a ser contradichos por quienes, desde su experiencia personal, impiden torcer hechos y sus interpretaciones.