La democracia importa, y la renuncia de la “nueva derecha” a sus convicciones liberales inevitablemente dejó a sus votantes perplejos. Fue un error de proporciones históricas haber abandonado a un candidato como Sichel – joven, liberal, demócrata y que ganó con holgura su primaria interna – por un candidato tan conservador y alejado de lo que ha sido parte importante de su ideario “moderno”. El “nunca más” de la derecha fue, en realidad, un “hasta la próxima”.